Y llegó el fin de semana y de nuevo nos juntamos Edie y yo en el taller para trabajar. Durante un rato nos enfocamos en dejar la puerta derecha más o menos lista. Ël desabolló y aplicó la masilla y luego yo rocié washprimer e imprimante para que después siguiera con la masilla y con la lija. También trabajó en la puerta del copiloto, y al pasar el dedo parecía que estuviese hecha de cristal, perfecto. Muy buen trabajo.
Seguí reparando el cableado, reemplazando los cables endurecidos o dañados y removiendo la cubierta pegote de huincha aisladora vieja. Guac. Luego lo cubría todo con forro corrugado y un nuevo enhuinchado completo terminaba el trabajo. Para obtener los cables de Repuesto tuve que desarmar el cableado completo lo que me tomó un buen tiempo para no arruinar los cables. Muchos eran del mismo color, pero la mayoría era diferente según los diagramas eléctricos de la Merkabah. Claro que eso no importaba.
Los cables gruesos de la batería mostraban un daño considerable también así es que salí a comprar unos cuantos metros de cable nuevo. Cri$to! Maestro Chaleco me dio una mano y con el soplete de acetileno soldamos los terminales para dejarlos como los originales. Bueno… casi.
Después de varias tardes de trabajo terminé de reparar el cableado completo, haciendo el mejor esfuerzo para dejarlo lo mejor posible. Etiquetar todo sirvió mucho para saber dónde iba qué cosa, aunque los errores no se hacían esperar.
Cuando lo eléctrico estuvo listo, o casi, fue entretenido de nuevo poner los cables junto con los tecalanes, como si algo importante estuviese por suceder. En serio, la sensación de avanzar en el proyecto era muy poderosa. Usé unos cuantos metros de amarra de jardín para fijar momentáneamente los cables y tubos para hacer los cambios necesarios, muchos y muchas veces. Las reemplazaría por abrazaderas de vinilo cuando llegase el momento y luego de chequear, rechequear y requetequechequear que todo funcionase y que ocupase su lugar.
Llegó el fin de semana del dieciocho de septiembre e invité a Eduardo a dar un paseo en las motos. Dimos una vuelta por el camino de los túneles de Cabildo hasta Illapel, con una ruta que nunca había estado en mejores condiciones. La Africa Twin, sin embargo, manifestó cada vez más problemas así que tuve que llegar a darla de baja hasta identificar la falla que parecía estar en el encendido.
