Merkabah: de tolva a motorhome

[pairospam]

Eduardo no quería que fuera yo el que arreglara la moto de nuevo, así que fue a la casa y yo lo asistí mientras reparaba la peor parte, sin protestar. Soldó y cubrió los cables requetecontra reforzadamente y yo reparé y limpié el daño que había hecho el fuego a los demás componentes y conectores. Se veía bastante bien al final.




Bueno, y siguiendo con la limpieza de las piezas dejadas al azar por aquí y por allá me di cuenta que, una vez más, estaba tratando de hacer todo al mismo tiempo. Dejé entonces algunas piezas, entre ellas el cardán largo del primer eje y me limité al cardán corto que va de la campana del embrague a la caja de cambios y lo limpié exhaustivamente. Ya estaba imprimado así que ahora era solo cosa de pintarlo. Los pulmones de freno tampoco requerían de imprimado, por fortuna.





Tan pronto pude colgué las piezas del techo en el ático, que era igual a un horno, y las rocié con grandes cantidades de pintura de poliuretano gris. Pinté también las tuberías que estaban ahí colgadas desde hacía meses, pero tuve que lijarlas y limpiarlas bien del óxido nuevo primero. Una lata.





Hacía un calor tremendo. Terminé sudado como caballo y al borde de la sofocación. No hubo ni un solo chorreo de pintura, eso sí.

Como no podría colocar los pulmones de freno hasta que la pintura se endureciera retomé la idea de hacer los soportes para el tanque de diesel. Elegí los que mejor se veían entre el par de juegos rescatados de los camiones a medio morir saltando y trabajé en ellos un par de horas con cincel, espátula, lija y esmeril angular hasta dejarlos en condiciones aceptables para pintarlos.

[pairospam]

A un cierto punto paré de rasquetear óxido y le pedí a Jaime, el vecino, el cargador de baterías y puse a cargar las baterías de ciclo profundo, todas ellas. Hacía seis meses de la última carga y correspondía repetirla. Y sí... estaba cabreado de lijar. Y eso que recién había terminado uno solo de los soportes.





Antes de partir me puse a ver el asunto de los tambores de freno delanteros. Los originales tenían una serie de agujeros que los nuevos no, así es que copié los patrones para luego llevarlos donde Verardo para que los perforaran en la maestranza. No tenía ganas de hacerlo yo mismo esta vez.



Un par de días después llegó el nuevo balde con aceite 80/90. Era de otra marca pero siempre el tope de la línea según Eduardo asi es que no había problema. Empecé a poner a escuadra los soportes junto con los soportes auxiliares para soldarlos y me di cuenta de que tenía que imprimarlos primero porque después quedarían cubiertos unos con otros. Como estaba un poco sensible esos días, comprenderán, usé un antióxido industrial en spray en vez de la paja de preparar imprimante catalizado. Quería avanzar, por la cresta!





A un cierto punto, ambos soportes estuvieron listos, soldados y preparados para la imprimación y la pintura. Se fueron al ático a esperar su turno.



Cuando saqué el tapón del aceite de la caja, oh sorpresa… en vez de aceite salió un lulo pastoso, negro y ligoso que apenas sí pudo pasar el agujero de salida. Tuve que ayudarlo al pobre a salir, en medio de arcadas, con un alambrito. Realmente muy, pero muy poco agradable.

Una vez creí que ya no había más borra que poder extraer de la caja, la llené de aceite fresco y limpio y di por terminado el cuento del aceite. Solo quedaban los cubos reductores delanteros. Bien.

[houndour]

wow!!

hacía rato que no leía de tus periplos restauradores y, como siempre, me dejan con una sonrisa divertida en la cara. De alguna manera logras que mediante tus palabras, uno se ponga en tu lugar y se sienta parte del show.

Ánimos que por acá habemos varios esperando el día de levantar las copas y celebrar la salida del Merkabah desde el taller por sus propios medios!!

Ahora una consulta, Que año/modelo son los asientos de Montero que compraste?? estoy seriamente cambiar los asientos de mi nissan D22, porque 8hrs en ellos empiezan a ser tortura! y los asientos de montero me tincan bastante. Podrías darme varios datos para saber a que apuntar cuando vaya a iquique a ver que encuentro.

Saludos

Camilo Rubilar R.

[pairospam]

Hola houndour:

No estoy seguro pero creo que el Montero era del 1998. El mío es del 1994, pero los asientos son los mismos. Son bastante cómodos en realidad.

En todo caso, en Iquique encuentras de todos los tipos, y solo necesitas el tiempo para ubicarlos.

Llleva las medidas de los enganches de la base para ver si no tienes que hacer grandes modificaciones.

Saludos y suerte.


Pairoa

[JJuarez]

Gracias Pairoa, se echaba de menos las noticias y redacción de los avances de la Merkabah.

Saludos y a escribir mas seguido por acá.

[pairospam]

Saludos también para ti, JJuarez.

La pintura de los pulmones de frenos estaba lista así que los bajé y los aperné a sus soportes en los ejes. Lucían bastante bien, y todo encajaba perfecto, como era de suponer.




Entonces tomé el tubo del cardán trasero e introduje el recién terminado cardán estriado. Fue bastante incómodo y difícil y demoroso apretar unos pocos grados a la vez las diez tuercas, y mi espalda crujió un par de veces.



Para terminar con el cuento de los cardanes, hasta donde se pudiera, agarré el cardán corto y lo aperné entre el motor y la caja. Me di cuenta que faltaba unos de los pernos del flange trasero, y uno de los tres que quedaban no era original así que toda la fuerza del motor descansaba solo en dos pernos originales. No me gustó. Salí a conseguir los pernos pero no pude encontrar quién los tuviera en san Felipe. Llamé a Santiago y tampoco los vendían como repuestos. Al final me encogí de hombros, como siempre, puse el famoso perno e hice andar el motor con los tres pernos que tenía.



Debo admitir que fue la partida más dificultosa del poderoso V8 hasta entonces, probablemente debido a que llevaba tiempo sin andar y a que la caja de cambios, ahora conectada a él, hacía más arduo el trabajo luego de estar sin movimiento por casi cuatro años. A lo mejor el remanente de aceite/chocolate/barro también contribuía a hacerle más difíciles las cosas.

Pero aún así, es un Mercedes, de los viejos, y sin importar nada igual se echó a andar en medio de una nube de humo que se fue aclarando en la medida que se iba calentando. Luego de media hora ya casi no había humo y la caja de cambios no hacía ningún ruido, mientras los engranajes giraban graciosamente adentro, bañados por aceite nuevecito.

Como quería poner el tanque de combustible luego, busqué las cintas metálicas de fijación y las pasé por el tratamiento de belleza. Los pernos de los extremos ya no eran útiles así que busqué reemplazos en la caja de pernos/golillas/tuercas viejos y encontré los espárragos que alguna vez afirmaron el tomafuerza auxiliar. Luego de corte y soldadura ya tenían nuevo trabajo. Eso fue fácil, pero sacar el pasador de una de las amarras fue un culo y la tuve que destruir con el taladro para poder retirar los restos a punta de martillazos. No fue tan difícil al final, pero sí consumió bastante del precioso y escaso tiempo disponible.





Luego, siguiendo con el cuento, limpié bien todos los elementos que requerían de imprimado y pintura y los colgué del techo. Seguía haciendo mucho calor allá arriba. Bueno para la pintura pero no tanto para el pintor.

Apliqué el famosos washprimer a lo que estaba pelado hasta el fierro, incluyendo el largo y difícil de manejar cardán delantero, con el cual tuve que hacer arreglos especiales para poder dejar expuestos a la pintura los detalles escondidos de su intrincada forma.





Semierguidos y aparentemente inertes, los tanques de aire de 40 litros observaban todo calladamente, esperando su turno, el que se veía cada vez más cerca.

[pairospam]

Pasaron algunos días, si mal no recuerdo, y me aparecí de nuevo por el taller e hice un poco de espacio, cada vez más escaso, y coloqué el tanque de diesel de 500 litros sobre los caballetes. Gran pedazo de … fierro. El inoportuno candado seguía en su lugar después de todo este tiempo.



Por supuesto, el tanque requería a su vez de tratamiento de belleza, y se veía que iba a ser más o menos largo, así que antes de comenzar preparé más pintura gris y subí a terminar el trabajo de pintura de las piezas recientemente imprimadas que colgaban del techo. Les eché unas buenas manos pensando que habían quedado perfectas, cubiertas por un kilómetro de espesor de pintura. Pero no, según me fijé después. Hmm…




Para evitar mandar toneladas de pintura y óxido a la atmósfera decidí remover la pintura del tanque con espátula tanto como pudiese antes de usar herramientas eléctricas. Fue un buen ejercicio, tanto para el músculo como para la paciencia.



Una vez las piezas pintadas estuvieron listas las descolgué y colgué los tanques de aire para pintarlos. Estaban muy sucios y con algo de óxido en las boquillas y conectores así que los limpié y luego los lavé con agua y jabón, cuidando de no desparramar agua sobre el piso de madera del ático. Un trozo de las mangas de plástico de la antigua y última cámara de granallado reciclado sirvió para contener el tsunami de agua y mugre, pero fue un desastre y me tomó toda la tarde así que me quedé sin tiempo ni luz para pintar. Lo dejé todo preparado para pintar la próxima sesión, incluyendo las piezas en las que me faltó pintura la última vez, y me fui.





Pero, antes de que llegase a tomar de nuevo la pistola para pintar, los famosos rodamientos delanteros llegaron de Bélgica. La siguiente foto es lo más cercano a la gloria. Finalmente estaban todas las piezas para armar los benditos cubos reductores delanteros!



De repente, Eduardo me llamó y salí a ver de qué trataba. Era un viejo Mercedes LK, 4x4, que él mismo había armado y reparado hacía muchos años atrás y que aún trabajaba acarreando paltas en las laderas de los cerros y que, por azar, se estacionó frente al taller. No se veía nada mal, en realidad.



Preparé todo y siguiendo las instrucciones del manual puse todas las piezas en su sitio. Brillaban todas las superficies pulidas, inmaculadas, nuevas, y yo me sentí muy, pero muy bien. Ah…

[pairospam]

Cuando terminé con eso preparé más pintura y pinté los tanques de aire y las demás piezas de gris, incluyendo el cardán largo, tan preparado la primera vez pero igual insuficientemente pintado.




En uno de los lugares donde trabajo estaban haciendo renovación de equipos y había por ahí tirada una pila de cables. Cables gruesos y finos, bien aislados, de cobre de alta pureza, hmm… Hice mi pega y me fui con una idea clara en la cabeza.



Había estado trabajando firme esos días, en mi trabajo regular y en la Merkabah. La imagen usual al llegar a casa era la del ocaso. El tiempo volaba y yo no me daba ni cuenta. Sin embargo estaba feliz igual. Por fin se veían progresos notorios en el proyecto.



También tuvimos visitas esos días. Rachel y Patrice, viajeros originarios de Francia, aparecieron precedidos de las presentaciones por correo electrónico de Stefan Siegler, dueño del MAN Kat que estuvo hace un tiempo por aquí. Fue un encuentro muy agradable y Bouboule, su MAN del 2014, era muy bonito y estaba muy bien construido. Desafortunadamente la experiencia con los servicios técnicos locales había sido un desastre y tenían problemas con el camión. Eduardo, como siempre, les solucionó la mayor parte de ellos en cuanto a lo mecánico y se quedaron en San Felipe mucho más de lo presupuestado, como parece ser la regla con todos los viajeros.




Yo me preocupé por mi parte de terminar, por cuanto posible, con en ensamble de los cubos delanteros. Instalé los retenes nuevos, las calaveras o soportes de las zapatas de freno, las mismas zapatas y luego coloqué los cubos en su lugar.





Cuando puse los rodamientos externos pensé: Listo! Pero luego de poner el porta planetario me di cuenta de que necesitaba de un mejor método para apretar la tuerca de ajuste que un golpe de formón. Cresta… no quería tener que desarmar esa cosa de nuevo… jamás. Necesitaba el dado especial para poder torquear decentemente las tuercas y llamé a varios lugares tratando de comprarla, arrendarla, pedirla prestada o robarla. No hubo caso.

[pairospam]

Un tanto decepcionado, envolví de nuevo en película plástica los cubos sin terminar de ensamblar para evitar que el viento travieso los llenara de polvo mientras esperaba que la solución llegara al siguiente día.



Bouboule hizo varias visitas al taller durante su estadía por estos lares, la última para arreglar el aire acondicionado de la Caja. Patrice había hecho instalar el sistema en Brasil algunos meses atrás y, de repente, había muerto. Nuestro amigo Franz, el experto en la materia, arregló el problema luego de hurgar y examinar toda la instalación hasta dar con el punto donde había una fuga, y los franceses estaban muy contentos.



Yo estaba muy ocupado, finalmente usando herramientas eléctricas para limpiar el tanque de combustible, tirando mucho menos mugre al aire gracias al trabajo previo con la espátula, y el resultado era bastante adecuado.



Los franceses concocieron en persona la Merkabah y les gustó mucho el trabajo que estaba llevando a cabo, aún si sus miradas parecían decir “este tipo está algo loco”.



Conversando con Patrice, algo muy agradable ya que resultó ser un tipo muy sencillo y cercano y me encanta practicar mi oxidado francés de vez en cuando, surgió de nuevo el tema del sistema antitorsión de la Caja. Si yo quería seguir adelante con mi idea de hacer un sistema de cinco pivotes como el diseñado, tendría que terminar de armar el camión entero, hacer las pruebas de torsión del chasis para estar seguro de la altura del eje de torsión longitudinal del chasis para poder construir el sistema en base a ese dato inequívoco, y eso podría tomar un montón de tiempo. Más encima, la Caja tenía que construirse sobre un panel base con un armazón o chasis configurado sobre el diseño del sistema antitorsión. Entonces: no camión, no panel base, no Caja.

Patrice insistía, como varios otros, que un simple pero robusto sobrechasis haría el trabajo de manera más simple, fijando la Caja al chasis por atrás dejando la porción delantera subir y bajar de acuerdo a la torsión del chasis mediante uniones elásticas, como funcionan los camiones de carga y como funcionaba la Merkabah antes, cuando portaba el sobrechasis de la tolva.

Le di un par de vueltas más en la cabeza a la idea, tomé uno de los tanques de aire y un par de medidas para estar seguro de la altura requerida y, más tarde, en la casa, cambié para siempre el diseño. Más simple, más barato, más rápido, y que no requería de terminar nada para realizarse. Los monos a continuación no están terminados, pero ilustran claramente de qué va la cosa.






Los viajeros retomaron su viaje dejando atrás abrazos y promesas de reencuentros y visitas en alguna parte del mundo. Quién sabe. Realmente me agradaron estos tipos.

Consulté todos los manuales de carrozado Mercedes disponibles en internet y unos cuantos que tenía guardados desde tiempos inmemoriales para buscar información para el diseño del sobrechasis y busqué también información respecto de lo que se requería para construirlo y quedé soplado para dar una clase sobre aceros, sus propiedades, soldabilidad, dureza, ductibilidad y cosas por el estilo. Decidí, sin embargo, consultar con mi amigo Verardo de la maestranza para conocer su opinión al respecto.

Mientras tanto, hablé con el encargado del cambio de los equipos de rayos y estuvo feliz de regalarme los varios metros de cables que terminaron en la cabina de la Merkabah. Había, como dije, varios tipos de ellos, todos de estándares médicos y de óptima calidad, y que seguramente serían muy bien utilizados en un futuro cercano. Bueno… cercano… es un decir.

[VSilva]

Que proyecto mas fascinante, que ganas de tener la posibilidad de armar algo asi para uno mismo... soñar es gratis aun jaja, saludos y sigo muy atento a tu trabajo.

Saludos