[Curricon]

de cangrejos, caminamos por la estupenda playa y almorzamos los típicos
carangrejos, cangrejos morados que son como especie de jaibas y que te los sirven
cocidos y enteros, para que a martillazo limpio comiences a romperlos, pelarlos y
comértelos…¡¡una terapia anti estrés recomendada¡¡.

El destino siguiente era Corumbau, muy recomendado por los lugareños quienes lo
catalogan como el “caribe de Brasil”. Con muchas expectativas iniciamos el
recorrido, el camino estaba con mucho barro, grietas y hoyos, subidas y bajadas
nos llevaban por minis montañas rusas rodeadas de exuberante vegetación y
cálidas playas, así y muy lentamente llegamos a Cumuruxatiba.

Cumuruxatiba es una localidad costera, con una buena gama de restaurantes y
hospedajes que al parecer son fuertemente visitados en temporada alta. Las calles
son estrechas y se vuelven verdaderos laberintos producto de la frondosa
vegetación y la crecida de la marea. Llegamos a la pequeña plaza, que se volvía
patio principal de la escuela fiscal de la ciudad y decidimos buscar donde almorzar
y encontramos abierto el restaurante Peixin, que ofrecía comida al kilo, wifi y café
a buen precio. Al salir, un Sr. llamado Janderson Martins nos dijo que era de la
localidad y se dedicaba a hacer fotos para promocionarla como sitio de interés, nos
pidió muy amablemente si podía hacernos fotos en nuestro tránsito por las calles
de la localidad e incluso hacernos una toma con su dron. Aceptamos muy
contentos y nos dispusimos a salir.

La calle que bordea la costa comenzó a volverse estrecha, los tupidos árboles nos
pegaban por todas partes y los vehículos que transitaban en sentido contrario
dificultaban aún mas la tarea. Uno de ellos nos señaló que había un puente y no
podríamos pasarlo, por lo cual decidimos volver, pero la calle era tan estrecha que
la maniobra fue lenta y compleja. En ese lapso, llega Janderson y nos ayudó a parar
el tráfico, nos guió para salir por la mejor ruta y de paso comenzó a hacer las tomas
con su cámara fotográfica. El camino exterior fue bastante estrecho, la tupida
vegetación no dejaba entrar ni siquiera el sol, por lo cual parecía que íbamos en un
laberinto, pero salimos victoriosos sólo con algunos rasguños de los árboles.
Janderson se adelantó y nos esperó con su dron listo grabando nuestra
travesía..¡¡parecíamos famosos¡¡.

El camino era angosto pero no cerrado, la ruta pasaba por la comunidad indígena
de los indios pataxó quienes desde sus casas nos paraban la mano para saludar. Al
aproximarse la noche, decidimos dormir en Praia do Cahy, tomamos el desvío que
nos llevó por una huella angosta y poco transitada, que pasaba por una estancia
ganadera hasta llegar a la playa en cuya orilla había un restaurante, el terrero no
era plano pero suficiente para albergarnos una noche.

En pleno atardecer, con el sol pegando en el acantilado y las palmeras meciéndose
al ruido del viento, comenzamos a visitar la hermosa playa do Cahy. Está situada
cerca de un gran acantilado, la cruza un pequeño río y sus aguas son cristalinas y
tibias. Praia do Cahy es el lugar donde los portugueses, al mando de Pedro Alvares
Cabral, tuvieron la primera visión del nuevo mundo, fue en esta dirección donde
vieron por primera vez el Monte Pascoal, allí hay una cruz como memorial a tan
importante acontecimiento ¡¡es un lugar apartado y especial¡¡. Mientras