Ver Mensaje Individual
Antiguo 14-02-2012, 14:28:52   #566
pairospam
Senior Member
Top 1000
 
Fecha de Ingreso: Sep 2009
Ubicación: San Felipe
Mensajes: 1.051
Predeterminado Re: Merkabah: de tolva a motorhome

Bueno, la cosa iba de que era necesario limpiar y preparar todos los soportes que estaban apernados al chasis para poder pintarlos también. Las bases de los soportes traseros merecían un tiempo aparte ya que la acumulación de mugre y humedad había oxidado algo más que superficialmente el acero. Luego de unos cuantos martillazos logré sacar la mayor parte del óxido. Mis tímpanos no lo agradecieron, por cierto.
Los soportes silentblock inicialmente no se iban a cambiar y se usarían hasta que reventaran, pero al empezar a limpiarlos fue evidente que aunque aguantaran aún un poco más de tiempo sus días estaban contados. Los traseros lucían peor, pero la goma de los delanteros tampoco estaba muy sana y despegada en los bordes. No valía la pena correr el riesgo. Llamé al distribuidor oficial, ya saben cual, y casi se me cayó el culo al saber que los soportes valían casi la mitad de lo que pedían por un motor de repuesto V8 turbo con 30.000 kilómetros traído desde Alemania. Llamé al recurso Plan B, y aún medio tiritón pregunté por alternativas. El vendedor se tomó su tiempo y luego de una búsqueda algo larga me anunció que sí los tenía, y por un octavo del precio de los originales, también fabricados en Alemania y por una marca conocida. Acepté de inmediato y crucé los dedos para que fueran los correctos y no me llegaran piezas para un Volkswagen Golf esta vez.
Estaba en esos trámites y limpiando fierros cuando llegaron los inyectores, lo que estaba pendiente para armar el motor. Bien. Se pidió arreglar diez de ellos, dos quedarían de repuesto para viajes. Estaban limpios aunque algo machucados, pero las puntas estaban nuevas y relucientes. Los envolví en plástico en forma individual y los dejé aparte para cuando fuera el momento de completar el motor.
Seguí casi contra el tiempo limpiando piezas y luego de un lavado con removedor de grasa les tocaba un pasada por el cepillo metálico. El líquido rosado era tan potente que sacaba hasta la pintura y me hizo salir más de un lagrimón y una tos. Puaj.
Los soportes de Repuesto para los brazos conectores de la barra estabilizadora delantera también irían por dentro de los largueros del chasis así es que también había que prepararlos y eso fue lo que hice junto con las bases de los soportes de motor traseros.
El día acordado llegó un par de pesados paquetes por encomienda y fui a buscarlos en la pequeña Fiorella, el bólido italiano, orgullo y mascota del taller (no se vende, olvídense…). Los winches de 20.000 libras habían llegado. En un principio pensé en conseguirme unos Warn como los que René Larraguibel le había instalado a su camión, pero luego de unas pocas preguntas no pude obtener seguridad de plazos de entrega ni de precios ni de garantía, vitales para mi tranquilidad y mi bolsillo. Además, 15.000 libras de capacidad de tiro me parecieron insuficientes para las proyectadas doce toneladas de la Merkabah. Por ello me decidí y seguí el dato de una tienda que se dedica al cuento de los winches y compré lo más grande que tenían en 24 volts. Resultó que más encima el negocio era en parte de un conocido amigo que no veía hace años, al cual contacté en seguida y con ello tuve más tranquilidad respecto de la seriedad de la tienda.
Los winches, naturalmente, se quedaron en el suelo hasta nuevo aviso y yo seguí en el afán de terminar el chasis y sus aditamentos para instalar el V8.
Siguiendo el consejo del pintor del negocio de al lado del taller, compré un imprimante o primer del tipo washprimer, lo mejor para potenciar la adherencia del esmalte al fierro y que además tiene propiedades de conversión del óxido superficial, dicen. So pena de sufrir una muerte por desmembramiento lenta y horrible el susodicho me aseguró que era la solución a mi fallido experimento con el Chilco46 y me vendió lo que estimaba era suficiente para todo el chasis, junto con una pintura catalizada negra resistente al calor, de no sé cuántas miles de microcapas de qué sé yo qué mierda, que era lo que estaban usando para pintar los módulos de aterrizaje en Saturno, o algo por el estilo.
Cuando todas las piezas y el chasis estuvieron listos, y yo tuve tiempo, preparé el washprimer junto con el pintor y se lo aplicó a las piezas sueltas primero. La dilución no era como la recomendada sino que había que hacerla al ojo, y no me gustó mucho la terminación aguada de la pintura. Hmm…
Apliqué la cosa en una primera mano sobre las piezas y luego casi me intoxico echándole varias manos al chasis. Quedó bonito, pero el consumo de la cosa era horroroso. Algo no andaba bien, y seguramente éramos nosotros, los aplicadores, los que no le estaban apuntando bien al asunto.
Imágenes Adjuntas
          
pairospam está offline   Responder Con Cita