Bueno, gracias por los saludos y seguimos con la cosa:
Para proteger los tanques de aire de 20 litros puse unas tiras de goma entre los tanques y las cinchas que los afirmaban a la bandeja de las baterías y unos perfiles de caucho en los bordes de los perfiles de acero. Por supuesto el gil no tomó en cuenta ésto cuanto midió el largo de los pernos de tracción de las cinchas así que fue imposible apernarlos como la gente luego de tres intentos y de muchos esfuerzos. Plumablanca puede dar fé de ello. Tuve que alargar los hilos soldando tuercas intermedias y todo un cuento. Al final la cosa anduvo, pero también me demoró.
El poderoso V8 necesitaba andar un poco, y ese momento parecía ser la ocasión propicia, con el sistema de escape completo y armado. Hice todas las conexiones y puse las baterías en la bandeja, con mucho cuidado para evitar dañar pintura y espalda, e hice un intento de hacer andar el motor. Dos vueltas locas y luego nada. Insistí una sola vez mas y pensé que podía ser un problema de fuerza; las baterías se debían de haber descargado luego de un par de meses, supuse. Tomé prestado el supercargador de mi vecino, dejé las baterías cargando y me fui a casa porque ya era tarde.
Bueno, cuando traté de arrancar el motor la próxima vez, baterías a full, pasó lo mismo, pero vi salir humo de una de las cañerías hidráulicas. Cresta! Olvidé hacer una sólida conexión a tierra del motor y la electricidad desesperadamente trataba de llegar por donde pudiese a cerrar el circuito, usando los filamentos de acero del recubrimiento de las cañerías. Mi cuñado me lanzó una de sus famosas miradas ante este acto un poco desatento, y yo le respondí con mi famoso levantar de hombros. Ops.
Luego de corregir el error y dar partida, al toque, dejé andando el motor por un tiempo relativamente largo pero tuve que apagarlo porque la ventilación era escasa. Cuando se calentó disminuyó muchísimo la emisión de humo, pero todos en el taller andaban con ojos llorosos. Sonaba bien, eso sí.
Cuál es la diferencia entre ésta y la foto precedente? Nada muy evidente, pero un montón de metros de tecalan, varias mangueras y conectores, la mayoría escondidos entre los largueros del bastidor. Coloqué algunos de los soportes nuevos y puse de nuevo el circuito de aire a presión haciendo algunos cambios en la distribución de los mismos que me parecieron más lógicos y fáciles de entender. Esta vez cada conector tenía ya su collar de presión y estaba listo para el apriete cuando estuviese todo listo, pero dejé el toque final para el último momento, cuando electricidad y aire estuviesen terminados. Aprendo… a veces.
Han oído sobre el famoso poema: “No te enamores de una mujer que ama los animales… porque es contagioso”. Bueno, salí a dar una vuelta por el barrio con cuatro de nuestros perros por la tarde, y volví con cinco. Delta estaba sola, asustada y muerta de hambre en la mitad de la calle. Me miró directo a los ojos, y me fue imposible resistir. Estuvimos hasta altas horas de la noche acariciándola y sacándole ingentes cantidades de pulgas y garrapatas. Como todos los perritos abandonados a su suerte en la calle, estaba muy agradecida. Al cabo de unos pocos días ya había desplegado su personalidad y era parte del clan, como pueden ver, con su pelaje brillante y las orejas paradas, cómodamente apoyada en Casiopea.
Al principio pensé en recuperarla, cuidarla y operarla y luego darla en adopción, pero a poco andar entendí que se quedaría con nosotros. Además, Casiopea fue atropellada acccidentalmente unos días después y Delta nos ayudó a lidiar con la pérdida. No hay coincidencias, ya saben.