Bitácora Nº19: Salvador de Bahía – Praia do Forte
Acá podrán descargar la bitácora con una selección de fotografias...
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Querida Familia y Amigos
Al son de un disco de Oludum, artista brasilero de zamba, nos embriagamos de recuerdos para transmitirles nuestra experiencia al visitar Salvador de Bahía y Praia Do Forte.
En el ferry, el calor era intenso y nos fuimos hacia el sector de sombra para disfrutar la bella vista a la bahía. Carlos y yo sacábamos fotos, en eso un señor nos saluda y nos da como consejo que guardemos las cámaras porque nos pueden asaltar en cualquier momento. Realmente nos impresiona la inseguridad que vive la gente a diario en todo Brasil, no importa si estás en Río o en Bahía, las personas viven atemorizadas de asaltos, robos etc., si escucháramos cada consejo que nos dieron probablemente hubiésemos salido arrancando de Brasil hace bastante tiempo. Creemos que gran parte de este miedo se genera por la televisión, cuando podemos colocamos el canal de noticias y no hacen mas que ver reportajes de muertes, robos, asaltos, pestes etc., ¡¡así que ganas dan de visitar este bello país¡¡.
Al bajar, lo primero que debíamos hacer era encontrar estacionamiento, teníamos como referencia posible la marina, que además estaba a pocos kms. en línea recta y un camping en las afuera de Bahía. Nos tocó abrir pista y llegamos sin problema al punto, pero nos invitaron a salir rápido porque no permiten el ingreso de personas que no sean los propietarios y tapábamos el ingreso. Carlos tenía un punto en un centro comercial, pero veíamos poco probable e inseguro el llegar hasta allí, pero como no tuvimos tiempo de elegir la ruta, en el trayecto la íbamos proponiendo ¡¡una locura¡¡.
Nos llevamos una grata sorpresa al ver las carreteras de Salvador de Bahía, que a diferencia de lo que vimos en los alrededores del Estado, estaba en excelentes condiciones, perfectamente señalizada incluso mejor que en Río de Janeiro. Esto mismo nos permitió desistir a tiempo de la opción del Centro Comercial y seguimos sin mayor problema en carretera hacia el Camping Ecológico.
El camping ecológico fue formado por un grupo de personas dueños de casas rodantes, que viven allí y han ido arrendando sitio a surfistas o personas que llegaron como turistas y se enamoraron de Brasil. Está lleno de carpas que forman una mini ciudad, las cuales están equipadas igual que una casa, los baños están en perfectas condiciones y posee hasta wifi. Al ingresar nos dieron la bienvenida varios vecinos muy simpáticos, entre los cuales habían unos que estaban en el inframundo fumón, otros tanto con cerveza en mano y resaca, pero agradables… ¡¡era una especie de mundo ligth y hippie¡¡. Nos acomodamos y fuimos a la playa para descansar y al día siguiente salir a conocer Bahía.
La playa del sector estaba llena de surfistas y juventud disfrutando de una especie de fiesta playera. Paseamos, nos sentamos a gozar de la vista y de repente un brasilero comienza a hacer piruetas en el aire en dirección donde mirábamos. Decidimos no tomar en cuenta porque sabemos que por cada intento de mirar ¡¡te cobran¡¡ y seguía y seguía… hasta que se fue a buscar otros clientes menos apretados jajaja.
Al día siguiente negociamos que un taxi de confianza nos llevara a todos a conocer Bahía (que estaba a 1 hora de trayecto). Un hermoso día de sol nos acompañó toda la jornada, partimos la ruta conociendo la Iglesia del Señor de Bon Fim que se sitúa en el sector de cidade Baixa (baja) de Bahía. Tan solo al bajarnos, vimos la entrada de la iglesia llena de cintas de colores colocadas como ofrendas y en cuanto pestañamos teníamos a unas 4 personas alrededor nuestro vendiéndolas o “regalándolas” que no es así porque debes pagarlas igual. Entramos a la iglesia, la cual es pequeña y había mucha gente en oración pese a que no había misa. El cielo de la iglesia tenía pinturas en tonalidades verdes y doradas, con diversas imágenes de ángeles y de la virgen. Al costado derecho hay una sala que realmente es espeluznante, está llena de fotos de personas que la han dejado en agradecimiento a un favor concedido, pero en el techo vez colgando piernas, brazos, extremidades de diferentes colores y materiales, que los devotos han dejado por cumplimiento a alguna manda. Según Adriano (taxista), el Señor de Bon Fim es muy milagroso y mucha gente da fe de ello.
La segunda parada fue en una sorvetería Da Ribeira, que desde 1931 deleita a sus comensales con exquisitos y variados sabores, para mi el mas rico fue el de coco quemado…¡¡Ven sigo cumpliendo la tradición de los Figueroa¡¡. De paso conocimos el estadio mundialero Arena Fontenova, donde España perdió y por ende Carlos decidió no hacerle foto al lugar para evitar malos recuerdos.
La ruta siguió hacia el Forte Porto Da Barra, lo curioso de este lugar fue que muchas personas: mujeres embarazadas, matrimonios etc., iban con fotógrafos contratados a realizarse sesiones de fotografía. Luego caminando por los alrededores de la iglesia que está en el lugar y desde donde sacan a la Virgen en procesión por el mar, vimos juguetes y artículos flotando, le preguntamos al taxista y nos comentaba que eran ofrendas que las personas lanzaban al mar. Es muy sorprendente poder ver esa mezcla entre lo religioso y lo tradicional de la cultura africana ¡¡mantienen vivas sus creencias¡¡.
La hora pasaba rápidamente, por lo cual decidimos ir a visitar el famoso pelourinho, el tan bien denominado corazón de cidade alta de Bahía. Nos estacionamos cerca del mercado modelo y desde allí subimos, por 25 centavos, en ascensor en dos tandas.
El sector de Pelurinho conserva el alma africana de su gente, sus construcciones coloniales bien mantenidas, muchas de ellas pintadas en colores pasteles, pareciera llevarte al mundo bahiano. No nos importó el calor, sólo queríamos conocer y recorrer lo mas que pudiéramos, así empezamos visitando el monumento a las Bahianas (no pudimos ingresar al museo), luego algunas tiendas de artesanos en madera y artículos musicales etc. Al avanzar disfrutamos de una muestra de capoeira (desde algunos metros eso si porque sino te cobran de inmediato) y nos reímos de un extranjero dando espectáculo intentando danzarla. Al seguir se nos acercaban las mujeres bahianas, vestidas con sus hermosos atuendos floreados y anchos, diciéndonos que nos sacáramos una fotografía con ella por unos reales. Negociando logramos el precio de 5 reales por inmortalizar la imagen de una Bahiana junto a Karen y de fondo la Iglesia de San Francisco…¡¡todo un mérito considerando que son hábiles vendedores¡¡. Caminando encuentras muchos vendedores ambulantes de collares, pulseras etc. que te dicen “le regalo una amiga”… ¿navidad?... jajaja… basta que lo tomes para que obviamente lo ¡¡cobren¡¡.