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Desgraciadamente los tirantes inferiores de bogie no eran los mismos. Con ayuda de uno de los trabajadores logré sacar el pequeño soporte del espejo lateral vertical del lado del copiloto, la única pieza de interés que quedaba en el camión, y no fue para nada fácil.

La dueña del lugar, al parecer molesta por el precio que había conseguido por las piezas en la última incursión, me pidió una cantidad irrisoriamente alta por el pequeño soporte así es que le agradecí al obrero su ayuda y dejé la pieza para que la señora hiciera debido uso de ella en sus momentos íntimos.

Al salir del lugar, con las manos vacías pero sucias, divisé al otro lado de la carretera un cartel que señalaba otra desarmaduría. Con la ventaja de la moto, la que permite andar un poquito por la vereda como que no quiere la cosa, retrocedí y en una veloz y ágil maniobra de dudosa legalidad logré atravesar bajo un paso nivel y llegué a una desarmaduría diez veces más grande que la precedente, con cientos de camiones y camionetas a medio destripar, desperdigados y pudriéndose a la intemperie.

Di una vuelta y encontré dos Mercedes NG como la Merkabah pero sin ningún objeto de interés para el proyecto. Pregunté entonces por el tirante y uno de los trabajadores, sucio como pocos, me señaló un lugar donde se acumulaba toda suerte de tirantes por docenas. Horror.

Pedí un poco de ayuda al Jefe y al segundo intento me encontré con un tirante de Mercedes que me pareció idéntico al que estaba buscando. Por supuesto no estaba preparado para nada, vestido de pantalón de pije y camisa blanca, sin las medidas o el modelo específico y más encima en moto; Ná’ que ver. Pregunté igual por el precio y casi se me cae el culo al oír lo que pedían. Luego de unos treinta minutos de tratativas y arrastres de guata logré que lo dejaran a un precio razonable, atendiendo además a que no estaba seguro de si era el tirante correcto. El dueño del lugar, que a toda costa quería que me lo llevara, hizo que lo envolvieran en un saco y pude así acomodarlo sobre las cajas de la Africa Twin, con la promesa de que me lo cambiaría si no servía, aunque ya tenía alguna experiencia comprando piezas usadas; Hmm…

Me sacudí y limpié lo más que pude la mugre ganada en búsquedas y amarres y partí entonces a Melipilla a celebrar el cumpleaños de mi padre y completé así unos doscientos kilómetros con el famoso tirante a la grupa.

Al día siguiente, de vuelta en San Felipe y de vuelta en el taller luego del trabajo, por supuesto que lo primero que hice fue ver si era el mismo tirante y, por supuesto, no era; me había pasado en casi 15 milímetros. El ojo no estuvo tan mal pero el modelo no era el que correspondía.

Llamé al distribuidor oficial de la marca preguntando por el tirante original y, si en la desarmaduría me pedían un disparate según mi propia definición de disparate, para pagar el tirante original tendría que vender la Merkabah. No way. El trabajo entonces iba a ser para el maestro Chaleco, a ver si podía hacer alguna magia para arreglar y ajustar el tirante y aprovechar así que ambos silentblocks estaban buenos.

Un poco de Coca Cola fría para pasar el reciente chasco y me aboqué a sacar el tope de goma del lado izquierdo del diferencial, tarea que requirió de golpes y galleteo en ángulos difíciles y espacios estrechos, pero al final Pairoa ganó y la goma salió de su prisión de óxido. Otro poco de cincel y combo y la cosa estuvo lista para pulir.

Ya me había cabreado de tener que pedir la llave de dados del taller así es que apenas terminé con el tope de goma desarmé el espiral amortiguador de la cabina y logré así remover la chicharra atascada y de paso terminé de sacar el amortiguador delantero. Las piezas quedaron en espera de limpieza y pintura, como todas las demás. Quizás ya estaba en la hora de empezar en serio a armar si no quería que las piezas amontonadas empezaran a devorarme.

Al inspeccionar el tirante superior antes de sacarlo para poder limpiar bien resultó que los silentblocks, que a primera vista parecían acabados como los del eje delantero del bogie, resultaron estar en bastante buenas condiciones y no requerirían de cambio. Bien por el presupuesto, bien por el tiempo.

Una vez que saqué el tirante pude hacer una buena limpieza de los rinconcitos y ángulos difíciles del eje y no paré hasta que las gratas que tenía estuvieron completamente consumidas.