Bueno. Dudas mas, dudas menos he tratado de ir avanzado, de a poquito, con los frenos y con el sistema neumático de la Merkabah. El nuevo trazado exigía nuevos y más numerosos soportes para las mangueras y cañerías y me entretuve fabricando algunos con las piezas recolectadas de diversos basurales de fierro.
Mientras estaba en estos menesteres Terral recibía algo de atención también. Una de las cosas que resultó dañada por la sal fue el winch trasero y René decidió reemplazarlo por uno nuevo y más potente. Le ayudé a sacarlo y por poco me cae encima de los pies. Pesado el fierrito, menos potente que el mío pero mucho más pesado. Warn contra chinito… ya ven.
Tuve que encargar mangueras flexibles para el circuito hidráulico ya que las de fierro no se podían reutilizar, pero el tipo que las hacía necesitaba los fittings porque no existían los originales, lo que resultó en sentencia de muerte para las viejas cañerías. El problema era que no había suficientes coplas y tendría que conseguir más por ahí o me saldría caro fabricarlos y, francamente, no confiaba mucho en la calidad de los no-originales.
El nuevo winch de Terral llegó y apenas cabía en el espacio destinado para él. Haciendo un par de adaptaciones y cortecitos por aquí y por allá, René y el Maestro Chaleco lo harían caber.
El tiempo se me hacía muy pero muy escaso en esos días, y solo alcancé a jugar un poco con las cañerías a cortarlas y doblarlas con cuidado para adaptarlas a la nueva posición de la válvula de servo-freno. Nada brillante ni difícil, pero sí cabreador y lento.
Para empeorar las cosas tuve trabajo extra ese fin de semana. Cuando terminé mis labores y tuve un tiempo para relajarme, hice una escapada en solitario a los montes y, por un par de horas, me sentí y libre y feliz. Un poco de lluvia completó la salida perfecta y el sendero se sintió como si hubiese sido hecho solo para mí y para la Africa Twin. Cuando volví a la hora de almuerzo Carmen notó la sonrisa que no me podía sacar de la cara y sonrió a su vez. No me acuerdo qué hicimos, pero fue una comida deliciosa.
Fui al corral a buscar más piezas para el sistema hidráulico. Buscaba las cañerías del viejo Repuesto y las fui a encontrar bajo una pila de leña hecha de los viejos duaznos del huerto. Se pueden ver bajo las ramas detrás de la trilladora de museo. Bueno, tuve que contorsionarme un poco para poder alcanzarlas y desarmarlas para obtener los fittings. Luego, los llevé al taller, los limpié un poco y se los llevé al fabricante de mangueras. Me quedé con los conectores, eso sí.
