Cuando estaba poniendo el tecalan me di cuenta de que había olvidado colocar de vuelta el cable del odómetro, entre otras muchas cosas, así que abrí la caja donde estaba el atado de mangueras de 6 mm para los actuadores, escondidos… a propósito. Fue bravo liberar el cable del resto de las piezas y de los pasadores de goma endurecidos por el tiempo pero al final logré pasarlo a lo largo del chasis aunque tuve que redistribuir muchos de los tecalanes que habían usurpado su lugar.
El domingo por la mañana me calcé las zapatillas y salí con los perros grandes a dar una vuelta, larga y plana esta vez. El aire estaba fresco y los duraznos en flor anunciaban la llegada de la primavera. Bien, y la espalda no me dolía y me aguantó 20 km. Cuando llegué al lugar más lejano del recorrido allí estaban el Maestro Chaleco y su primo, arreglando el mundo en la pausa de su recorrido en bicicleta. Ambos andan por los ochenta así que me sentí viejo en comparación y humildemente me di la vuelta.
En una de esas fui al corral y rescaté de entre los trastes el chupador de diesel con el flotador del estanque original de la Merkabah. Todavía estaba en una pieza y supuestamente funcionando. Lo veríamos más tarde en el taller, pero antes de eso tenía muchas cosas que hacer.
No me convencía mucho la manera en cómo había conectado la servoválvula al circuito hidráulico. No me gustaba cómo habían quedado dispuestas las cañerías así que las acorté y reemplacé la porción más lejana por cañerías flexibles. Quedaron un poquitín largas, pero mejor respecto de la solución previa.
La maestranza de Santiago me envió por fin los pernos del cardán corto, muy graciosamente torneados en super-hiper-aleación de kriptonita y adamantium, así que los puse y cerré el ítem. Bien.
El tiempo pasaba y dediqué un poco de esfuerzo a poner en su lugar el resto de los componentes del sistema de frenos. Algunas de las mangueras hidráulicas estaban en muy buenas condiciones así que preferí reciclarlas, y las nuevas las tuve que ordenar del mejor modo posible atendiendo a la presencia del winch delantero que había ocupado los espacios. Tuve que hacer muchas pruebas, lateras y lentas, pero al final di con el arreglo correcto.
