Una pildorita que encontré por ahí...
El mundo conoce a Nasser Al-Attiyah por tres cosas: por ser multimillonario, ser príncipe y piloto del Rally Dakar, la competencia más importante y peligrosa del planeta. Si bien su aspecto no es precisamente el de un príncipe cuando luce el mameluco lleno de tierra, el heredero del reinado de Qatar mostró en tierra chilena una vez más la docilidad de su personalidad.
Orlando Mamaní, un chileno oriundo de Iquique, esperó la llegada del Rally Dakar con una sorpresa para uno de los corredores estrellas: una bandera de Qatar para el príncipe Nasser Al-Attiyah.
Al llegar, el chileno estaba como loco y pasó los controles hasta posicionarse en frente del VW Touareg del qatarí. El príncipe se bajó del auto, lo abrazó y en un perfecto inglés le pidió su teléfono. ¿Para qué?, para invitarlo a Qatar con todos los gastos pagos. Ayer su equipo se puso en contacto y comenzaron con los trámites de pasaporte.
“Nasser es el príncipe del rally. Quería rendirle tributo. También lo hago por mi padre, que también es un gran admirador suyo”, dijo el hombre del vecino país, quien se atrevió a pasar cuanto obstáculo se le cruzó para llegar a la humanidad del qatarí. Una bella imagen que conmovió enormemente al piloto qatarí.
Al-Attiyah es un hombre que practica deporte sin moderación. Muy buen jinete, Nasser Al Attiyah adquirió soltura en la competencia participando en las cuatro últimas ediciones de los Juegos Olímpicos de tiro a la carabina, en donde perdió la medalla tras una cuarta posición, en Atenas 2004. Pero la verdadera vocación de Al Attiyah es manejar, con una marcada preferencia por las dunas. Si bien el piloto qatarí se formó en las rutas y pistas del campeonato mundial de rally WRC, donde es piloto oficial Subaru, es en el Dakar donde parece encontrar su camino, año tras año.
El nativo de Doha está peleando el primer lugar con Carlos Sainz conduciendo una Volkswagen Race Touareg, y lo que le pasó a Orlando Mamaní no es más que una muestra de la tremenda generosidad del príncipe, quien ayer vio varias banderas de su país en el camino a Arica, pero los chilenos esta vez no tuvieron tanta suerte, al menos con él.
Una de las tantas historias que el transitar del Rally Dakar deja en su nueva edición sudamericana, esta vez entre el príncipe y el mendigo.
La FUENTE
http://www.eltribuno.info/salta/diar...digo-del-dakar