Al día siguiente despertamos temprano a causa de los mismos pájaros bulliciosos... Lo primero fue admirar el paisaje y después nos despedimos de Tsunami que no se pudo mejorar de una molestia que lo perseguía desde el día anterior (viejazo decían las malas lenguas) y decidió retornar a su casa para reposar.
Entonces... sin querer abusamos una vez mas de la hospitalidad de don Jaime que en 15 minutos nos hizo pan amasado arriba de una gran salamandra, fue impresionante como en unos minutos estábamos comiendo rico pancito amasado recién hecho y con mantequilla en el desayuno.
En una bajadita el Luis que andaba quebrándose en la moto, compró un pedacito de sendero, lo que nos motivó a cantarle a coro la canción: “por ser asiiii ... tan especialll... le dedicamo esta canción...” jajajaja... Después fuimos a sacar mas fotos en las siete tazas.
En este lugar nos despedimos de nuestro anfitrión...
Grande Don Jaime, iremos a visitarlo de nuevo para hacer un asadito en honor a su hospitalidad y gran calidad humana, que no cualquiera invita a un grupo de yiperos revoltosos y los atiende como Ud. lo hizo!!!.
Era cerca del mediodía y decidimos ir de inmediato rumbo a las termas de San Pedro.