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MAM mal de altura, causas y prevención (para novatos)
amigos, el siguiente texto lo encontre tan valioso y didactico que recomiendo la lectura para todos los yiperos aficionados a subir a las alturas.
Les dejo el articulo completo para que lo lean antes de emprender ascenciones como las de nuestra dupla de campeones en ojos del salado
Saludos
Ermitaño
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La Zona de la Muerte I
Adolfo Dell' Orto Selman, Montañista Instructor Escuela Nacional de Montaña
“De nuevo estoy hablando con alguien distinto a mí mismo, estoy convencido que hablo con seres humanos, a los que creo ver con los ojos (…) Entonces veía gente que se aproximaba galopando a caballo, pero cuando alcanzaba a tocarlos, se transformaban en bloques de piedra y nieve”. Reinhold Messner y sus “visiones” dentro de su carpa ubicada a 6.400 mts de altitud, solo y apunado.
La zona de la Muerte es conocida como el área ubicada sobre los 7.500 mts. donde el hombre ya no puede aclimatarse, es decir, no existe adaptación del organismo a la hipoxia de la altitud, generando cuadros de mal de altura. ¿Hipoxia? Es un trastorno en el cual el cuerpo por completo (hipoxia generalizada), o una región de éste (hipoxia de tejido), se ve privado del suministro adecuado de oxígeno, produciendo trastornos, los que están en directa relación con la velocidad de ascenso y la altitud alcanzada, aunque estos síntomas normalmente desaparecen al descender a cotas más bajas.
Un error muy común es pensar que la cantidad o concentración de oxígeno atmosférico disminuye con la altitud. En realidad la concentración de oxígeno siempre es la misma (21% aprox.), independientemente de la altitud alcanzada, lo que disminuye es la denominada presión parcial de oxígeno y, con ello, la biodisponibilidad del mismo.
El mal de altura, conocido también como Puna o Soroche, tiene una aparición bastante relativa, dependiendo del sujeto, pero lo frecuente es que se presente a partir de las 4 ó 10 hrs. de exposición a la hipoxia, siendo más frecuente en tipos que habitan a menos de 500 mts de altitud. Contrario a lo que se piensa, la edad no es un factor determinante y eso de que la gente mayor no se apuna, es incorrecto.
La puna se conoce desde tiempos remotos. La primera descripción que se tiene referencia es un texto chino escrito por un tal Ku Pan, allá por el año 35 A.C. Trataba sobre los peligros que se enfrentó una expedición china que pretendía llegar cruzando las montañas al país de Ke-Pin (tal vez Afganistán), alcanzando alturas de 4.800 mts. aproximadamente: “el cuerpo del hombre enfiebrece, su cara palidece, la cabeza le duele y comienza a vomitar”, es parte de su poco animoso relato.
Normalmente, los cuadros de mal de altura se generan en la alta montaña, pero hay casos en que se dan en altitudes menores. Por eso, hablar de baja, media y alta montaña resulta bastante ambiguo, más aún cuando depende de su ubicación geográfica. En Europa, una montaña de 3500 mts se considera alta montaña, pero en el norte de Chile no es más que una loma aislada.
Al cruzar el umbral de los 5.500 mts se habla de altitud extrema. A menores altitudes, la vida humana y animal es factible, pero sobre estas cotas es imposible. Además de condiciones climáticas extremas, la baja presión atmosférica —responsable de la disponibilidad de O2— es menos de la mitad de la existente a nivel del mar, produciendo muchísimos trastornos, tales como deterioro muscular, problemas cardiocirculatorios y psíquicos.
Algunos montañeros fuertes y con mucha determinación pueden alcanzar cimas por sobre los 8000 mts de altitud, pero los riesgos, del punto de vista fisiológico, son muchos. Tal vez el Everest sea el límite de las posibilidades humanas.
¿Pero qué es el mal de montaña? Es una enfermedad benigna y breve que aparece en las personas al exponerse a la hipoxia de altitud, siendo bastante desagradable, amargando los primeros días de estancia en la alta montaña, pero luego desaparece con la aclimatación. Sin embargo, existe gente que derechamente tiene “techo” y, aunque permanezca un tiempo prolongado aclimatando, no conseguirá acostumbrar al cuerpo a estos ambientes hipóxicos e invariablemente se enfermará, haciendo necesario su descenso. Se hacen evidentes dolores de cabeza, mareos, náuseas, insomnio e irritabilidad, los que se superan con algunos analgésicos o, de ser sistemático, con el descenso a cotas más bajas.
Hasta aquí todo bien. El problema se genera cuando los síntomas se acentúan y no hay descenso inmediato del afectado; también por realizar ascensos exigentes (más de 1000 mts de desnivel en un día sobre los 3000 mts de altitud). Esta es la instancia donde el individuo comienza con alteraciones importantes en su organismo y donde se puede presentar dos formas malignas de mal de montaña, siendo de alto riesgo vital y que requiere un rápido tratamiento. La primera es una grave alteración del sistema nervioso central, que puede derivar en el coma y la muerte: el edema cerebral de altitud. La segunda es un edema pulmonar no cardiogénico de altitud. Pueden darse por separados o en forma conjunta.
Como sea, el primer tratamiento —que puede ser la diferencia entre la vida y la muerte— es tan sencillo como el inmediato descenso a cotas inferiores para luego trasladarlo a un centro asistencial. Tras alejarse de estos enrarecidos ambientes, el afectado recibe un importante “baño” de oxígeno pero, cuidado, no se traduce en una mejoría de su delicado estado, sólo da más tiempo.
Existen medicamentos que han demostrado ser útiles para la prevención del mal de altura, pero para personas con la formas malignas del mismo, su suministro sólo consigue comprar algo de tiempo antes de ser evacuados a zonas de menor altitud y a un posterior centro asistencial. Que quede claro: no existe medicamento alguno que mejore a un enfermo de edema en altura, sólo el descenso inmediato y tratamiento posterior.
sigue...
Última edición por Ermitaño fecha: 03-05-2007 a las 20:48:23
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