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Portada : DeportesMiércoles 2 de agosto de 2006
Era una fiesta y terminó en boxeo
El equipo de Aliro Guarda intentó agredir a Alejandro Zuhayle al término de la jornada por un choque en la carrera. El hecho ha tenido varios coletazos. En la pista ganó El Faraón.
Por ANDRÉS CARRASCO RUIZ /
acarrasco@diariollanquihue.cl
Fue tanta la pasión por ganar en Alto Bonito, que la estupenda jornada de carreras se vio estropeada.
Los casi tres mil espectadores que el domingo llegaron a la pista de Alto Bonito, no lo podían creer. Después de una atractiva y apasionante jornada de carreras, la tensión se apoderó del parque cerrado. Al punto que la sana diversión de una actividad como el Jeep Fun Race estuvo a un tris de transformarse en otro deporte mucho más rudo, el boxeo.
¿Qué sucedió? Al término de la segunda manga de Expertos V-8, la categoría principal, los integrantes del equipo de Aliro Guarda, que estaban uniformados con chaquetas negras, intentaron agredir a Alejandro Zuhayle ante la incredulidad del público que corrió para ver de cerca los hechos.
El origen
El origen de la disputa estuvo en la carrera. Aliro Guarda ganó la primera manga, superando al Faraón de Zuhayle que tuvo un problema eléctrico. El campeón nacional Jorge Latrach, el gran invitado de la jornada, sucumbió ante el agua y el barro, como la totalidad de los corredores venidos desde Santiago.
En la segunda manga, Guarda arrancó en primer lugar, pero en la segunda vuelta hizo una mala maniobra, su máquina se cruzó en la pista y se registró un pequeño choque entre ambos. El Faraón salió más rápido del embrollo y terminó ganando la serie con comodidad, lo que finalmente le dio la victoria.
Hasta ahí era todo normal, pero el tema se descontroló en el parque cerrado, donde se vivieron minutos de alta tensión, con amenazas, intentos de golpes y un tumulto indigno para esta actividad.
Lo extraño es que la reacción del equipo de Guarda fue absolutamente desproporcionada, porque el choque que tuvieron ambos protagonistas fue normal en un deporte de este tipo. Y es que tanto en la pista como en el video que ahora está circulando de la carrera, quedó claro que ninguno de los dos tuvo mayor intención de golpear al otro.
Las reacciones
Al respecto, el también piloto Carlos Prieto manifestó que "los roces y los choques son normales en esta actividad. El domingo a mí me chocaron tres veces y nunca pensé en poner un reclamo por eso. Sería absurdo y va contra el sentido de este deporte. Además hay que tener en cuenta el factor barro, que deja muy poca visibilidad", afirmó.
A diferencia de lo que pudiera pensarse, el tema no murió el domingo. De hecho, ha seguido en estos días por diferentes medios.
En una página de internet ("www.twistedandes.com") hay sabrosos comentarios. Sin ir más lejos, el hijo de Aliro Guarda, Alvaro, trata duramente al Faraón, lo que le valió una dura respuesta de Leonardo Bohle, el presidente de Lobos Truck, institución organizadora de la prueba.
"Sr. Guarda. Primero le aconsejo revisar los videos donde sale todo muy claro. Segundo, el nivel de la gente que tengo entendido que pertenecen a su team, con chaquetas que dicen AGM, deja mucho que desear. Usted sabe de lo que hablo y de lo cual no mencionaré por este medio. Eso me lo reservo por si se debe seguir otro camino", señala.
Bohle agrega que "tratar de delincuentes por un medio público a participantes de un evento deportivo es bajo y demuestra una falta descomunal de criterio. Ahora, nuestro club procederá a evaluar y sancionar el problema del domingo", reiteró.
El aviso
Pero no sólo en internet se habla del tema. Sin ir más lejos, en la edición de ayer de este diario se publicó un misterioso aviso comercial que decía lo siguiente: "Vendo ocasión, con el fin de conservar mi integridad física. Ford Bronco Fun Race, jeep de punta... Ultima carrera 30 de julio, ganador en la primera manga con corredores como Jorge Latrach, Faraón y otros. En la segunda manga de la carrera chocado con peligro de invalidez. Ver y tratar con Transportes AGM o Aliro Guarda Mundaca".
Con esos antecedentes, está claro que esta historia no termina aquí