Algunas reflexiones en general, y no particularmente sobre este caso:
1) Creo que se confirma que lo barato cuesta caro.
2) Los grandes peligros de una modificación mal hecha, están en la carretera cuando vas o vienes de un jeepeo (¿o que se te corte la dirección a 100kmh no es peligroso?)
3) ¿Ser jeepero aperrado es aceptar la mediocridad y no exigir un trabajo 100% profesional? ¿o se puede ser jeepero aperrado y ser un "buen consumidor"?
4) Yo por ejemplo, reconozco que no soy hábil con las herramientas ni tengo conocimientos suficientes que me permitan hacer una modificación, pero igualmente me saco la cresta diariamente en mi oficina para poder costear mi hobby. Y si pago por algo, me gusta que esté bién hecho, sea funcional, dure y tenga garantía. Como consumidores tenemos no sólo el derecho, sino EL DEBER de exigir calidad, responsabilidad y precios razonables, ya que es la única forma de incentivar la competencia y el nivel de la industria.
5) Si un cliente queda insatisfecho con mi trabajo, no tendría cara para decirle: "...yo creo que te equivocaste de profesional, creo que tienes que ir donde uno que te satisfaga". Prefiero ponerme colorado y devolverle su dinero, luego estudiar y mejorar, hasta poder entregar un servicio de calidad.
Estamos a años luz de otros paises desarrollados, donde el consumidor EXIGE que el producto por el cual paga, satisfaga completamente sus requerimientos, y si no es así, caen las penas del infierno para los vendedores.
Creo que debemos aprender a exigir CALIDAD, PUNTUALIDAD y RESPONSABILIDAD.
Además, no mezclemos opiniones de calidad humana con calidad profesional, se desvirtúa finalmente el objetivo.
Saludos a todos,
Pato Leguía
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