Al mirar la pila de rodamientos, retenes, cubetas y pistas desechados no pude evitar sentirme mal por un rato. A lo mejor este extraño amor por los fierros me estaba jugando una mala pasada, pero al menos la Merkabah rodaría sobre fierros nuevos, como correspondía.
Y llegó el 2016, muy celebrado, y me bajó la urgencia por dar una vuelta. Carmen prefirió quedarse en casa ese fin de semana largo y descansar del reciente viaje y aprovechar de regalonear con sus sobrinos. Mi naturaleza esteparia, sin embargo, me hizo tomar la Africa Twin y cruzar los muchos valles transversales desde San Felipe hasta Pisco Elqui.
Los paisajes de verano de esa ruta, aún si se trata de zonas desérticas, son espectaculares, y muestro algunos de ellos a continuación. El viaje fue espectacular pero no exento de problemas. La batería empezó a fallar y también el interruptor de la pata de descanso de la vieja Honda. Había estado portándose un tanto extraña desde que le empecé a dar vueltas a la idea de la nueva Africa Twin 2016. Sabía que se podía poner celosa, pero confío tanto en la Africa twin que decidí salir de cualquier modo. Nunca me desharía de ella… y ella lo sabía.
Hice escala en Hurtado y al día siguiente de mi partida llegué a Vicuña y me junté con Karen y René Larraguibel para almorzar. Luca se había transformado en una parte capital de la familia.
Después de comer y reir de buena gana seguí el viaje al interior para alcanzar el destino final, Pisco Elqui. Un desastre. Caluroso a cagarse, lleno de gente, turistas extranjeros y nacionales sudados y los infaltables hippies ganimedianos. Compré un par de botellas de pisco de regalo y me las emplumé, luego de un bochornoso empuje de la moto en medio de todo el gentío porque la batería seguía fallando, y me fui siguiendo el cauce del río Cochiguaz hasta que llegué a un puente muy rústico y que no me dio confianza suficiente de que soportaría el peso combinado de la moto y mis kilos.
En el estacionamiento del hotel de René, Terral estaba esperando por las modificiaciones que habían planeado los Larraguibel luego de sus primeras aventuras por Sudamérica que acababan de terminar una semanas antes. Querían agrandar las ventanas, rediseñar el comedor y otro sinfín de cosas más. El camión mostraba signos de óxido por aquí y por allá pero el chasis se notaba impecable. Recuerden que estuvo metido en un metro de agua por un par de días en Brasil. Pensé que sería peor.