[Curricon]

de mas de 80 kms./Hr. ¡¡era la primera noche con ese nivel de viento¡¡ Terral se movía mucho y Karen y Luca muy asustados por el ruido y el movimiento.

La helada mañana nos despertó y seguimos rumbo a El Chaltén, el camino era largo, gran parte de la mítica R40 estaba con pavimento, pero en aquellos tramos de tierra y piedra nos dejó su huella en el foco delantero, rompiendo uno de los cristales de las luces. En el camino nos encontramos con un armadillo, que mientras almorzábamos se paseo por todos los alrededores de la casa y nos regaló el espectáculo de verlo cavar y cambiarse de cueva. La tarde de acercaba, pensamos en dormir en el pueblo de Tres Lagos, pero el fuerte viento y lo fantasmagórico del pueblo nos hizo seguir rumbo hacia la Estancia La Leona, el único lugar protegido del viento. Al llegar de noche y sin pesos argentinos, tuve que ir a negociar si recibían pesos o dólares (a un cambio razonable) obviamente adivinen ¡¡me volaron la cabeza con el precio¡¡ pero a esa hora, con el frío y fuerte viento pagaba lo que fuera. Nos atendió “Emiliano”, un trabajador de la Estancia, muy conversador y simpático, con quien tuvimos muy buena llegada y quien terminó tomándose unos buenos mates al interior de Terral hasta altas horas de la noche amenizando con las historias sobre la sangrienta vida patagónica, la persecución a los indígenas y la presencia de los salesianos en la zona.

Al día siguiente compramos mapas argentinos, nos despedimos de nuestro amigo de ruta y continuamos rumbo a El Chaltén. El día estaba magnífico, sin viento y con un gran día soleado…¡¡vamos a ver el Fitz Roy¡¡ vamos saliendo de la estancia y vemos un gran camión Man overlanders, nos apuramos en la ruta para alcanzarlos y en el mirador del camino lo encontramos. Eran amigos de ruta franceses “Guy y Maite”, quienes vendieron su viña para ¡¡gozar de la vida¡¡, nos mostraron su camión que en pocas palabras ¡¡era una joyita¡¡… el interior perfectamente construido, el baño estaba pulcramente terminado a tal punto que no veías uniones y su iluminación Led lo hacía ver como un espejo… estaba full equipado y hasta ¡¡llevaba lavadora¡¡ tenía un estanque de 1200 lts. de diesel , mega estanque equipado para viajes en África donde la autonomía debe ser muy alta. Subieron a Terral, les gustó mucho y me preguntaban por los neumáticos y el sistema de inflado (Seygon), el cual pese a ser francés curiosamente a ellos le vale casi del doble. Nos despedimos y decidimos juntarnos en El Chaltén.

La ruta hacia El Chaltén estaba espectacular¡¡, cielos despejados y delante de mi volante la mega vista a ventisquero y el imponente Fitz Roy.. ¡¡no podíamos tener mejor suerte¡¡. En el mirador a la entrada del PN. Los Glaciares estábamos sacando fotos cuando vemos el letrero “no se admiten mascotas”. No nos dimos por vencidos y fuimos a preguntar a la caseta de informaciones. Allí nos dijeron que podíamos entrar con Luca al pueblo pero no debía ingresar a ningún sendero y nos dieron un stickers que decía “yo me quedo en casa”. Fuimos hasta un camping pagado donde se había quedado Michelle y Kurt, allí habían unas casas americanas de unos brasileros de “Paginasdamerica”, quienes nos contaban que ellos había realizado el viaje de Alaska a Patagonia 15 años atrás y escribieron un libro, ahora querían repetir la misma experiencia para ver los cambios transcurridos y plasmarlos en una nueva edición. Nos sacaron fotos para su página porque le entregamos información sobre Bolivia y Arequipa. En El Chaltén, el primer día estuvimos recorriendo el pueblo, gozando de las milanesas y las facturitas. Al día siguiente íbamos a realizar la caminata pero Luca amaneció con vómito y decidimos no realizarla, nos cambiamos al camping municipal, nos encontramos con Guy y Maite, el fuerte viento salió y al día siguiente regresamos a la ruta rumbo a Calafate.

En la entrada de Calafate vimos a otra casa rodante, un matrimonio italiano conformado por Pio y Rina, muy simpáticos y agradables, con quienes nos encontraríamos luego en el Glaciar Perito Moreno. Cargamos combustible, compramos facturitas y continuamos al Glaciar. La entrada al Glaciar, que es parte del PN. Los glaciares era cara, pero lo valía, la infraestructura era muy buena y nos permitieron ingresar con Luca sin bajarlo mas que en los estacionamientos. Ya estaba atardeciendo, por lo cual bajamos rápidamente a mirar el ventisquero. Las pasarelas estaban totalmente cambiadas desde que las visité por última vez, con distintos lugares para mirar, ascensor para discapacitados y amplia zona de cafetería. Iniciamos muy solos el recorrido, viendo el sol naranjo esconderse de tras de los inmensos e imponentes murallones de hielos milenarios ¡¡sin duda que la escena era impactante¡¡, en la soledad escuchábamos a los pájaros cantar, los árboles mover sus ramas y de repente el estremecedor ¡¡bumm¡¡ especies de bombas que explotan al interior del glaciar, informando al público el rompimiento de alguna parte del mismo. Tuvimos el privilegio de ver desprenderse parte de las paredes exteriores formando posteriormente la ola que se proyecta a lo largo del lago ¡¡sin duda el mejor Ventisquero que he visitado en Sudamérica¡¡.

Ya anochecía y regresamos a buscar donde dormir, en el camino muchas liebres se nos cruzaban por lo cual nos fuimos lentamente. Pasamos la noche a la salida del Parque, donde estaban los italianos Rina y Pio, por la mañana nos quedamos hasta las 12 del día conversando de la vida, sobre Chile, lugares de Bolivia. Etc. Nos regalaron un vino y chocolate belga (duró poco porque es la perdición de Team Terral). Al continuar el camino, decidimos ir a “Glaciarum”, el museo interactivo del hielo, al que nos permitieron ingresar con Luca. En él se pueden visitar varias salas, ya al entrar la misteriosa melodía de la gota de agua que golpea el hielo te recibe, invitándote a navegar en este mundo virtual para conocer sobre la formación de los glaciares, las etapas, quienes lo descubrieron etc. A la salida puedes ingresar al bar cero, un bar hecho completamente de hielo y puedes visitar el ecosales, venta de souvenirs de materiales reciclados y de libros.

La siguiente meta era llegar a Chile, así comenzamos a acercarnos siempre por la R40, la ruta tenía mucha calamina y con tráfico porque es el paso oficial de los buses y minibuses que transportan turistas. Así llegamos al Paso Río Don Guillermo, ya el viento y la lluvia nos daba la bienvenida en Chile. Aduana la pasamos sin problemas salvo que el funcionario nos preguntó porqué la moto iba a nombre de Karen, como sabemos que en Argentina no permiten ingresar 2 vehículos a nombre de una persona Karen respondió lo siguiente: “porque es mía, se la presto de vez en cuando y así si nos enojamos tengo en que irme”… en la forma que se lo dijo le dio risa y se dejo de “boludear”.

El ingreso en Chile lo hicimos a las 21:00 hrs, con mucho viento patagónico frío y con la lluvia entrando según las rachas. El trámite rápido y a la hora de subir al camión, el funcionario del SAG ya se volaba, por lo que fue muy rápida la revisión y nos dejaron continuar. Intentamos estacionar buscando protegernos un poco del viento pero fue imposible encontrar un lugar en Cerro Castillo y seguimos el camino para buscar algo cerca de Las Torres, pero a la orilla del río encontramos un sitio al costado de un puente. Esa noche el viento sopló muy fuerte, Terral parecía un barco, nos movíamos mucho y eso que el viento pegaba de atrás mayormente. El forro que cubre la moto sonaba y se inflaba pero logró resistir bien esa noche.

En la mañana hicimos la ruta hacia las Torres del Paine, antes pasamos a mirar el Lago Sarmiento, estábamos recorriéndolo solos, cuando nos paramos a sacar fotos vemos que andan 2 cóndores sobrevolando a pocos metros nuestros, por lo cual preparamos las cámaras, los binoculares y nos deleitamos con el majestuoso vuelo de nuestra imponente ave del escudo nacional. Impresiona verlos hacer los acercamientos o simplemente planear con las térmicas… sólo nos faltó colocar la música del cóndor pasa para hacerlo mas místico. Posteriormente seguimos hacia la entrada al PN Torres del Paine para hacer la vuelta en el camión, pero al ir con Luca se cerraron y no nos dejaron ingresar a ningún punto…¡¡fueron muy intransigentes¡¡… derrotados nos retiramos rumbo hacia la Cueva del Milodon, la cual pudimos visitar sin problemas dejando a Luca en el camión. La finalización de la ruta la hicimos en Puerto Natales, nos quedamos en plena costanera, al costado de un centro artesanal que no tenía ningún puesto activo.

Familia y amigos, hay entendidos que dicen que los milagros están en nuestra propia capacidad de impresionarnos de las cosas simples que tiene la vida y sin duda que este pensamiento nos hace mucho sentido porque la naturaleza en su movimiento cotidiano nos entrega momentos maravillosos, sólo hay que detenerse, mirarlos, gozarlos, sentirlos y retroalimentarse de esas sensaciones… de la forma que sea y en el tiempo que sea siempre podemos tener un momento para gozar de la vida….¡¡que la vida no pase sin que la disfrutemos¡¡.

Un gran abrazo y saludos de este trío viajero

Karen, Luca y Rene
Team Terral