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Antiguo 28-08-2013, 12:06:09   #1082
pairospam
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Ubicación: San Felipe
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Predeterminado Re: Merkabah: de tolva a motorhome

Hola a todos:

Gracias por los ánimos.

Habíamos detenido la cosa en que había llegado a poner uno de los cubos reductores, algo lento y pesado pero exitoso al final.

La operación fue replicada, más rápida y fácilmente con otros dos de los cubos, aunque no estuvo exenta de problemas, como algunas marcas del desarme que hubo que limar para poder apretar y algunos pernos del plato de los satélites que hubo que torquear. Bien, pero tuve que suspender el trabajo antes de terminar porque era hora de volver a casa y porque no pude encontrar el resto de los pernos Allen para el cierre de los cubos.





Recuerdan lo del pulmón de frenos sin el fuelle de goma? El jefe de tienda haría una excepción y me cambiaría el tambor completo por uno que estaba en bodega y al que no le faltaba el fuelle, solo tenía que hacerle llegar el tambor en las mismas condiciones en las que lo había comprado. Y así es cómo el tamborcito partió de vuelta a Santiago, embalado en su misma cajita, via bus. Bien.



Como era de esperarse, el último cubo reductor en armarse me dio una pelea tremenda ya que los pernos de rueda de la maza estaban ligeramente chuecos y no había caso de poder hacerlos entrar en los agujeros del cubo. Probé a tratar de enderezarlos pero temía dañar la maza o los rodamientos así es que me fui a dar una vuelta para pensar (y descansar), y al volver se me ocurrió darle un combazo a uno de los pernos y resultó que no estaba soldado a la maza como en todos los demás conjuntos. Solté las zapatas y solté todos los pernos para, una vez ajustado el cubo, pasar los pernos de rueda sin problemas. Bien.



La también exitosa maniobra consumió un buen poco de tiempo, pero al final todos los cubos reductores quedaron puestos y ajustados en su lugar. Lo que no pude hacer fue colocar el seguro Zegers gigante que bloquea todo el conjunto porque no tenía ni la herramienta, ni el tiempo ni el apoyo moral para hacerlo.



Al partir pasé por el lado de los hasta ahora olvidados y oxidados tambores de freno. Su turno estaba muy pero muy próximo.



Uno de esos días llegaron de vuelta de Inglaterra Jago y su familia, y apenas pudieron vinieron a San Felipe a ver el camión y a dejar un par de toneladas de cosas que trajeron para continuar su viaje. No les cuento la de paquetes y maletas que cupieron no sé cómo en el Tatra.



Jago estaba muy preocupado porque el motor necesitaba cirugía mayor ya que se había recalentado en uno de los pasos altos entre Chile y Argentina mientras seguía el Dakar. Eduardo ya había desarmado una parte del motor, hecho el diagnóstico y solicitado las medicinas, pero el inglés no entendía de qué iba la cosa, pidiendo consejos y opiniones a los expertos de Tatra en Inglaterra y en la República Checa, lo que dificultó el inicio de los arreglos.

El calentón había hecho estragos en varios componentes del motor, pero como estas cosas están hechas para andar a pesar de todo lo imaginable, siguió andando y llegó hasta San Felipe sin que se notasen grandes cambios, pero con filtraciones severas de aceite en varios puntos y más humo de lo usual. Sin embargo, Eduardo se encargaría de dejarlo de nuevo 100% operativo.

Los niños, despreocupados, eran los más felices, y apenas se subieron al camión reclamó cada uno su respectivo camarote y de ahí nadie los sacó hasta que se durmieron.



Pero no solo niños, bultos y preocupaciones trajeron los Pickering desde Europa, sino también un par de encarguitos para la Africa Twin, entre ellos el parabrisas en reemplazo del que rompí en la caída de Marzo pasado. El arreglo hecho en la casa de mi padre había cumplido su cometido y acababa de recibir su permiso para pensionarse. Obviamente el paquete requería del visto bueno de Regalo, quien lo dio sin ningún reparo.

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