Re: Merkabah: de tolva a motorhome
Cuando saqué todas las hojas del paquete el óxido y el barro de los siglos quedaron al descubierto. Había un hueco especialmente idiota que estaba lleno de mugre al centro del buje y cuando lo quise limpiar resultó que tenía un verdadero molde de óxido. Pasé largo rato escarbando y cincelando el espacio para tratar de liberarlo del óxido, maldiciendo a los de la Mercedes por ocurrírseles dejar un hueco tal, especial para guardar agua y barro. Una vez hube terminado seguí con la endurecida mugre que llenaba el surco de juego de la abrazadera del balancín. A esas alturas la mugre acumulada a los pies era ya de varios kilos, y no bromeo.
El daño causado a los pernos por las abrazaderas del paquete con la oscilación constante era evidente, incluso uno de ellos se había cortado.
El paquete del lado izquierdo tenía abrazaderas con tuercas de mayor tamaño así es que no hice ni el intento de sacarlas y le pedí a Chaleco que les diera un calentón primero. Salieron fácilmente como esperaba y también lo hicieron las hojas del paquete de resortes. Ninguna de las hojas estaba quebrada pero sí lo estaba el perno centro. También el hueco del medio estaba lleno de óxido y también había rastros de golpes en los pernos del chasis.
El teléfono de Chaleco sonó y un trabajo más entretenido y lucrativo que reparar los fierros de un camión viejo y desarmado le salió al camino, así que luego de pedirme permiso tomó sus cosas y partió hasta el día siguiente.
Repetí el trabajo de limpieza del balancín y terminé tarde, con las manos adoloridas pero contento con el progreso del trabajo.
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