Re: Merkabah: de tolva a motorhome
Para hacerla cortita, para variar un poco, al día siguiente llegó la laca opacadora (gratis, por supuesto) y dediqué las pocas horas disponibles a rociar el chasis y algunas piezas y a esperar a ver qué tal funcionaba. Y lo hizo bien, afortunadamente. Aún si la terminación no era tan opaca como yo la quería originalmente al menos no quedó más brillante que la pintura del motor.
Me llamaron del trabajo así es que me fui temprano y el motor, de nuevo, debió de permanecer en el suelo esperando.
Al día siguiente fui a la maestranza de Verardo a pedir prestado el puente-grúa de nuevo. Mi amigo no estaba allí pero me lo conseguí con su hermano y lo llevé al taller.
En el taller tuve que hacer varias maniobras algo riesgosas para armarlo, con más ayuda esta vez, hasta que estuvo listo para trabajar de nuevo.
Alcancé a bascular y asegurar la cabina usando el tecle y ya se hizo tarde, de nuevo.
Lo siguiente que hice fue colocar el radiador de vuelta a su lugar y aperné los soportes del motor. Le di unos retoques a la pintura e intenté, otra vez, separar el cilindro hidráulico de su soporte. No hubo caso así es que el soporte de motor se fue apernado solo y no en conjunto con el soporte del cilindro, como debía de ir originalmente. En algún otro momento me ocuparía de ese asunto.
Salí a comprar pernos nuevos para los soportes del motor porque ya no eran reciclables los viejitos y nuevamente se me hizo tarde pero me fui contento pensando en el día de trabajo siguiente.
Y bueno, llegó finalmente el día en que colgué el viejo pero remozado V8 del tecle portátil y con la ayuda de Alejandro y de Tito, un primo de Eduardo y de Carmen que había llegado a trabajar con ellos hacía poco, lo desplacé hasta donde lo pudimos agarrar con el tecle del puente-grúa.
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