Re: Merkabah: de tolva a motorhome
Como siempre, trabajé los sábados casi todo el día en la Merkabah y Carmen me acompañó cuanto pudo siempre. Pedimos en dos ocasiones unas pizzas y almorzamos en el taller y le di a los fierros hasta tarde.
Con la bomba emplazada y el motor cerrado me dio por poner los inyectores definitivamente. Eduardo había encargado al tornero regalón la confección de una herramienta para sacar y poner los inyectores, la que no quisimos comprar por el precio exorbitante que tenía, pero el hombrecito salió de vacaciones y cerró el negocio sin avisar y de la herramienta ni se supo. Así las cosas, me dio por mejorar la herramienta que me había echo antes modificando un dado extractor ya que temía no poder darle el torque suficiente a las tuercas que fijan los inyectores a la culata sin dañarlas en el proceso. Tomé un par de tuercas de Repuesto y las soldé y luego galleteé en forma muy cuidadosa la corona de manera que la congruencia de las mismas fuera perfecta. Si había de romperse algo que fuera una tuerca de Repuesto y no la tuerca seleccionada ya para el inyector. Le iba a soldar una tuerca de 24 mm. a esta nueva y rústica herramienta para poder dar apriete pero hice una prueba con el dado modificado y anduvo bastante bien así es que puse todos los inyectores de corrido y les di torque suficiente con este método indirecto pero efectivo al fin.
Preparé las cosas para irme pero al final no lo hice y me quedé solo en taller, tarde para variar, hasta que coloqué las tuberías de la bomba a los inyectores, los tubos del circuito de la bomba de la dirección hidráulica y la tuba de admisión de aire. Dejé sobrepuesta la cañería del aire comprimido y me mandé cambiar, cansado y con hambre.
El día siguiente era un gran día, supuestamente; el día en que iba a pintar el chasis y así podría instalar el motor de una buena vez. Estaba muy contento y emocionado.
Me comuniqué directamente con el técnico de las pinturas y me explicó que el washprimer necesitaba apenas unas dos pasadas para cubrir la lata y con eso se aseguraba la adherencia del esmalte; no requería más que eso. Por ello el alto consumo del producto al aplicarlo pensando en cubrir y rellenar las piezas totalmente. Hmm…
Aperné todas las placas y soportes al chasis y preparé la pintura de alta temperatura catalizada negra a usar. Apliqué varias manos a los intervalos recomendados y esperé a que bajara el brillo y adquiriera el tomo mate que había pedido. Y esperé, y esperé.
Luego de tres horas la pintura seguía “briyando”. Me habían vendido un esmalte brillante en vez de uno opaco. Era horrible!
El que me vendió la pintura se excusó tanto como pudo y para salvar el pellejo me ofreció un producto para opacar el brillo de la pintura, pero tendría que esperar hasta el día siguiente a que llegara. No tenía opción así es que me resigné y fui con Carmen por una taza de té. El motor parecía tan decepcionado como yo por este nuevo retraso en su instalación.
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