Re: Merkabah: de tolva a motorhome
Ah… qué bien se veían de nuevo los pistones montados y brillantes en los cilindros!
Luego siguió la colocación de la bomba de aceite, lo que sí obligó a levantar el block. Una vez que la corneta de la toma del aceite estuvo instalada el block no se podía apoyar de nuevo en el suelo, y como era tarde y el carter del motor original no estaba listo ni había tiempo para instalarlo como correspondía agarré el carter de Repuesto y con cuatro pernos lo fijé en posición. De esa forma el block por fin se pudo deshacer de los famosos y sucios palitos para apoyarse en el suelo.
Quizás para ustedes no sea muy significativo, pero instalar finalmente los pistones y dejar el block cerrado fue un gran paso, aunque fuese en forma transitoria y con un carter prestado. Para variar era tarde así que lo único que alcancé a hacer para completar la operación fue sellar con papel y cinta de enmascarar los cilindros, para evitar que siguieran expuestos al polvo y a la humedad y para la etapa de pintura que vendría. Limpié los engranajes de ambos ejes y también los cubrí con paños para evitar que se ensuciaran de nuevo.
El siguiente trabajo consistía en poner la tapa de distribución trasera para cerrar el block por atrás. Recordarán que había pintado la tapa con anticipación para no tener problemas para alcanzar los rincones que quedarían ocultos una vez ensamblado. Pues también preferí limpiar y pintar un sector de block que tendría el mismo problema de acceso a posteriori. Luego, cambié el retén de la tapa, rescaté los pernos y los lavé y los pasé por el cepillo metálico, limpié y repasé una vez más los bordes de contacto antes de aplicar la silicona y las empaquetaduras y entonces aperné la pesada cosa al block. Hacer todo esto toma su tiempo, más de lo que uno quisiera, y cansa también.
Colocar el volante de inercia parecía ser algo muy sencillo; solo apernar y ya. Pero nooo…no señor! Primero fue necesario eliminar toda la grasa de empaque, una cosa dura y pegote que le hizo menuda resistencia a la mezcla de parafina/bencina y a la espátula. Luego cambié el rodamiento por uno nuevecito y, justo cuando estaba por ponerme contento me di cuenta de que el perno guía era muy grande para el agujero de alojamiento en el volante. No problema! Salí a comprar una broca y me di un par de vueltas de ferretería en ferretería hasta encontrar una que tuviese una broca de buena calidad y le agrandé el agujero al volante con el taladro, justo lo necesario para que cupiese la guía. Entonces ya no hubo drama para apernarlo al cigüeñal, por fin.
Eduardo me ayudó a instalar el volante ya que la cosa era bastante pesada. La foto salió algo movida por la escasa luz de la tarde pero la pongo igual en honor a mi hermano que me ayudó a pesar de su lumbago, merced al esfuerzo de levantar la cabina hacía varios días para evitar romper el vidrio.
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